Roca Rey y un sobrero salvan una tarde a la contra en Valencia

El peruano rasca la calidad del quinto bis y logra pasear dos premios a la entrega y el toreo de mano baja; De Justo se la juega con un complejo lote y Aguado pecha con un tercero con teclas y un sexto muy soso.

17 de marzo de 2023/Javier Fernández-Caballero/Foto: José Joaquín Diago

La Feria de Fallas vivía este viernes uno de sus días grandes, con un cartelazo que encabezaba la corrida de Victoriano del Río y Toros de Cortés y que tenía a Emilio de Justo, Andrés Roca Rey y Pablo Aguado como protagonistas de un paseíllo que se hizo con una extraordinaria entrada en los tendidos.

Emilio de Justo se encuentra con un ‘regalo’ nada agradable de Victoriano para abrir la tarde

‘Enamorado’ llevaba por nombre el primero de la tarde, de 566 kilos, que empezó a mansear de salida y a ser remiso a entrar en el caballo; cuando lo hizo, se llevó más de media docena de varas y además mal ejecutadas. Tampoco la lidia fue la más adecuada. Ni un tercio de banderillas en el que el toro cortó y se las tuvieron que poner de una en una. Domeñó por abajo el extremeño al animal muleta en mano, mas no halló respuesta de buena fe por parte del astado, que seguía embistiendo brusco y sabiendo lo que se dejaba detrás. Acortó obra Emilio, que lo despenó de una estocada casi entera. Silencio.

Roca Rey tira de voluntad e inteligencia en terrenos cortos con la compleja embestida del segundo

‘Piulato’, de 540 kilos, era el segundo de Victoriano del Río, que no fue fácil de salida y se mostró remiso a embestir con clase en las telas de Andrés. Tampoco se empleó con fe en el peto y puso en apuros a la cuadrilla en banderillas. Incluso puso en serio aprieto a Viruta en uno de los pares. Pero vio Roca Rey que era toro de brindis y así se lo dedicó al tendido, citando siempre con la muleta retrasada por la mano diestra en la primera serie. La tarda embestida la supo tratar Andrés con toque firme, y por ahí le sacó otra serie de buen trazo por el mismo lado. Por la izquierda era más incierto el tranco del animal, muy complejo en su viaje, e intentó Andrés que no viese otra cosa que no fuese muleta. Se dio un arrimón en el epílogo y, espada en mano, dejó un pinchazo y una estocada un punto baja pero efectiva. Silencio.

Aguado y De Justo se ‘pican’ en quites y luego el sevillano deja destellos a diestras en su obra

‘Impuesta’ llevaba por nombre el tercero, al que dejó tres verónicas de seda Pablo Aguado, una chicuelina aprovechando el relance del animal y una media de bello trazó, pero obligando al animal a alargar su viaje -abandonando en este último lance su natural concepto-. Larga la primera vara, tras la cual le recetó tres verónicas de trazo de San Bernardo el sevillano, ante un animal que daba un pequeño gañafón por el derecho al final del viaje. Lo cuidó De Justo en un quite por chicuelinas -en las dos últimas le bajó la mano- y le respondió con un tercer quite Aguado por el mismo palo. Supo leer al animal el diestro, que tras brindar al tendido inició obra a pies juntos y luego hiló una serie por la diestra con un eterno cambiado. No era fácil por el derecho un tranco rebrincado a mitad de viaje, y supo Aguado taparle defectos de cara al público para que primase su toreo. Tras un desarme por la zurda y la aparición del viento, la obra bajó de tono y tomó el acero y dejó una estocada. Ovación tras petición.

De Justo hace por el derecho lo más granado de la obra a un cuarto que no se entregó de verdad

De 582 kilos era el burraco cuarto, con el que Emilio de Justo puso voluntad en las verónicas de inicio; luego el toro se empleó sin más en varas antes de un quite por tafalleras, gaoneras y saltilleras de Roca Rey. Se desmonteraron los hombres de plata de De Justo tras grandes pares y brindó al tendido el extremeño. A diestras fue haciéndose con la embestida del animal, pues fue ese el lado más claro y por el que logró algún momento incluso abandonado. No fue igual el toro a zurdas, de tranco más incierto. Al final se vino abajo y acortó el viaje el animal, que nunca se entregó de verdad. Espada en mano, dejó una estocada y fue escuchó ovación tras aviso.

Roca Rey sella una obra de seda y toques sutiles al quinto bis y lo desoreja

‘Entrenador’, de 516 kilos, era el quinto de la tarde, que salió como un rayo y al que Roca Rey dejó verónicas a pies juntos y alguna de mano baja. Pero fue para atrás por falta de fuerza y salió un sobrero del mismo hierro que no se entregó tampoco de salida y se mostró suelto. Y luego rompió a embestir en las telas de un Roca Rey que dejó una obra de toques sutiles, de trazo muy suave para cuidar su condición. Y ahí ahondó ek peruano en su concepto, sellando finales de serie con pases de pecho de mucha profundidad. El toro tenía un fondo de calidad que buscó y halló Andrés. Tras dos series rotundas finales, se tiró de verdad con el acero y lo tumbó de una estocada. Dos orejas.

Pablo Aguado no tiene opciones con un sexto a la contra

Muy soso fue el sexto animal, que no se entregó en los primeros tercios y que no fue fácil de domeñar. Intentó sobreponerse a la situación y al toro Aguado pero no hubo lucimiento. Además lo pinchó. Silencio.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Valencia. Feria de Fallas, sexto festejo de abono. No hay billetes.

Toros de Victoriano del Río y Toros de Cortés, de buena presencia. De mansurrona y brusca embestida el difícil primero; de tarda embestida e incierto tranco el complejo segundo; duradero y con codicia mas falto de clase en su embestida el tercero, de tranco rebrincado a diestras; sin entregarse del todo un cuarto con un incierto pitón izquierdo; muy soso el deslucido sexto.

Emilio de Justo: silencio y ovación tras aviso.

Roca Rey: silencio y dos orejas.

Pablo Aguado: ovación y silencio.

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