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Ambos espadas se encontraron con destacados astados, los cuales descifraron sus posibilidades de éxito, para de esta manera triunfar pletóricamente. Interesante actuación en conjunto del rejoneador José Luis Rodríguez, dejando estela de gran escuela y madurez profesional en su regreso al ruedo emeritense.
2 de marzo de 2025/Rubén Darío Villafraz/Foto: Federico Montes
El conjunto del encierro no era el más halagüeño por lo dispar de presencia. Pero hay que entender que en el campo bravo venezolano nos estamos apañando con lo que se puede y hacen el esfuerzo los ganaderos en llevar a las plazas. Pero una cosa si está clara, es el propio toro el que pone las cosas en su sitio en la arena, y asi sucedió, con el brillante juego de dos de los astados del hierro de El Prado, para encumbrar de éxito a sus respectivos lidiadores.
El primero, Antonio Ferrera al saber entender y descifrar al que abrió su lote, merecedor de la vuelta al ruedo cortándole las dos orejas; y segundo, el que cerró festejo en las mano del debutante Manolo Muñoz, novillote escurrido que sacaría un fondo de bravura y nobleza superlativo al punto que yendo a más en la faena, al final se indultó con méritos ganados en el ruedo, allá su censurable trapío para esta plaza, pero como le decía amigo lector, esto es lo que hay, y viene sucediendo no de ahorita. Que le vamos hacer…
De la misma manera sorprendió gratamente la actuación del rejoneador José Luis Rodríguez, quien haciendo gala de un toreo muy puro y de frente ha demostrado un grado elevado de maestría, rejoneo de altos kilates para quien aprecia en su máxima dimensión el toreo a caballo en los actuales momentos. En fin, que la noche de toros ayer fue entretenida y nadie comió “pipas”, como se diría coloquialmente.
La noche arrancó con la actuación templada e inspirada del cavaleiro José Luis Rodríguez, quien a lomos de «Gringa» paró con suavidad y brevedad las abantas embestidas del castaño astado. Los dos rejones de castigo sirvieron para calentar los ánimos de los presentes y del toro, para luego en banderillas montando a «Mar de Plata» y «Bizantino» apostar José Luis por un toreo sobrio, sin engorrosas pasadas en falso y en especial autoridad ante las embestidas templadas y codiciosas de «Histórico», que asi se llamaba el pupilo de don Edgar Varela. Las banderillas clavando al estribo y los quiebros al pitón contrario dejaron en claro la más pura escuela lusitana del rejoneo, de las veces que mejor se le ha visto al veterano rejoneador, quien no pisaba como torero hacía 12 años esta arena. El pinchazo antes de dejar un rejonazo caído no fue óbice para que desde el destazadero le buscaran la oreja que merecidamente paseó.
Otro nivel fue su labor ante el mansurrón «Teleférico», que de salida intentó saltar al callejón. Los tres rejones, uno de ellos envainado, tal vez pesaron el que al final el toro se parara, pero de nuevo los caballos rayarían a un nivel extraordinario demostrando la confianza y doma que requiere compromisos de esta responsabilidad. Las banderillas clavando con naturalidad, asi como el manejo de terrenos para sacarle de sus querencias, hicieron de esta labor metódica y de muchas teclas, para el cual tras rematar con una farpa corta e incluso permitirse la licencia de sacar una muleta para quebrar la embestida del toro, emborronar actuación con el pinchazo y un rejón contrario y caído, dar la vuelta al ruedo, junto con sus caballos que bien valió la pena el que saludaran la ovación que le tributaron los presentes.
En conjunto la actuación de Antonio Ferrera se puede catalogar como un corolario de heterodoxia y anarquía propia de los toreros que salen a la plaza sin un guion establecido. Frente a «Notiferias» -raro nombre por cierto para un toro- Ferrera desplegaría una actuación inspirada y condicionada por la nobleza y débil embestida que supo llevarle y medirle a lo largo de su trasteo. Compartiría tercio de banderillas con el debutante Manolo Muñoz, en pares de rehiletes de emoción al tendido, que con la muleta fue haciendo, poco a poco, con las noblotas pero débiles embestidas, de alli que el tacto y pulso por no desaprovechar esa veta serviría para hacer ver mejor de lo que era en realidad al toro. Largos y templados los naturales, el pitón por donde se inspiraría Ferrera, haciendo de la plaza un hervidero. Tras la petición de indulto denegada, incluso escuchando un aviso, se fue tras la espada, en todo lo alto, para ser premiado con las dos orejas y la vuelta al ruedo al toro en el arrastre.
La faena al quinto fue una labor marca “Ferrera” por el decorado que le colocaría en el curso del trasteo al nobilísimo «Don Tito», otro destacado animal, por su pajuno recorrido el cual nuevamente enmarcó como El flautista de Hamelín, bajo los acordes del pasodoble “La Concha Flamenca” interpretada magistralmente por la banda del maestro Antonio Rangel. Larga sería una faena donde se permitiría la licencia Ferrera de sacar a relucir la variedad e inspiración de un torero veterano y con las tablas para darse el lujo de hacer una faena donde volvería la plaza un manicomio, en especial por naturales, series larguísimas siempre a favor del toro en su embestida, como de la misma manera las entradas y salidas de tandas. Pena que la espada no viajo a la primera, necesitando de varios intentos, asi como con el descabello, e igualmente la mala fortuna del puntillero levantar en dos ocasiones al toro ya doblado en tablas, para trucar lo que era de triunfo en leves palmas tras dos avisos. Una pena.
Volcánica y por momentos arrebatadora fue la presentación en esta plaza del diestro carabobeño Manolo Muñoz, quien ha debido esperar un buen tiempo para hacer su debut en este ruedo. Pero ha valido la pena, pues no se ha dejado nada en el tintero el por momentos atropellado coleta quien se ha hecho estos últimos años en el Perú, donde ha tenido el rodaje para dejar en claro que deben contar con él en ruedos nacionales. Así lo dejaría en el primero de su lote, precioso y serio jabonero «Nevado» de nombre que impuso la importancia de estar ante un toro “con toda la barba” de la edad y trapío que ojalá y fuera más a menudo. Con él Muñoz de capa asi como en banderillas y muleta dejaría ver variedad y ambición, a veces arrollando la razón, como es el sitio, distancias y temple que debiera ser, pero materia pendiente a quien puede y debe pulir estos detalles. Las series por la derecha rezumaron personalidad, asi como los remates de tandas, para al final tras estocada entera, trasera y caída ser premiado con criterio, con la oreja que paseó con todo el merito ganado en el ruedo.
Pero vendría la traca con el anovillado «Encantador», un encanto cuando tras el medido puyazo y vibrante tercio de banderillas se dispuso de nuevo solo Muñoz, incluso haciendo reminiscencias del recordado “par de la silla” del recordado maestro Bernardo Valencia. De nuevo la muleta jugaría factor para que el animalito persiguiera con codicia y tranco la tela, la misma que manejo con inspirado trazo un entregado Manolo al ver la plaza entregada a lo realizado, tanto por la diestra como por la zocata, en trasteo kilométrico, bajo los acordes de «Alma Llanera», detalle nacionalista para edulcorar el ambiente en la plaza y la faena. Al final, la petición se hizo unánime no quedando opción que desde lo alto de la pajarera presidencial, doña Clarisa Garbati asomara el pañuelo naranja para conceder el indulto al astado y las dos orejas simbólicas al torero, logrando asi acompañar al maestro Ferrera en la postrera salida en hombros.
Y como dicen por alli, “colorín colorado, este cuento se ha acabado”… el que quiera más que venga este lunes a la plaza en el cierre de feria.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Toros Monumental “Román Eduardo Sandia” de Merida.
Domingo 2 marzo de 2025. II Corrida la Feria del Sol 2025.
Con poco más de media plaza (9000 personas aproximadamente), en noche fresca y despejada, se han lidiado toros de SAN ANTONIO (1º y 4º de Edgar Varela) para rejones; EL PRADO (2º y 6º) y RANCHO GRANDE (3º y 5º) todos pertenecientes a la familia Molina Colmenares, en su conjunto justos y dispares de presentación, nobles en distinto grados, sin maldad alguna, destacando el corrido en 6º («Encantador» Nº 249 de 430 kilos) , por su tranco y recorrido, siendo premiado con el indulto, y el 2º, («Notiferias» Nº 247 de 440 kilos) de vuelta al ruedo.
Fiesta brava
Pesos: 432, 440, 462, 430, 435 y 430 kilos
JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ (Chaquetilla negra a la Federica), oreja y vuelta al ruedo.
ANTONIO FERRERA (Grosella y oro con cabos negros), dos orejas tras aviso y palmas tras dos avisos.
MANOLO MUÑOZ (Sangre de toro y oro con cabos blancos), oreja y dos orejas simbólicas.
Incidencias: Destacaron en la brega Mauro David Pereira en los toros de rejones. *** Previo al festejo se realizó un brillante despeje de plaza con la procesión de las distintas escuelas de flamenco que han actuado en esta plaza en esta edición y anteriores, asi como numerosos devotos de la Virgen del Rocío, rematando con un brillante juego de fuegos artificiales por espacio de 5 min. *** Las actuaciones del rejoneador fueron amenizadas por la cantaora Saray Ramírez y en la guitarra José Manuel Martos. *** Al final del festejo fueron sacados en hombros Ferrera y Muñoz. *** Presidió festejo acertadamente nuevamente la Lic. Clarissa Garbati de Picón.