Cali – Hasta la banda pidió premio para el sopor

Una ciudad fiestera pidió el indulto del sexto, de Ernesto Gutiérrez, mientras se rajaba en tablas; falló a espadas Juan de Castilla, cortó oreja Ponce y se quedó inédito un Ureña de detalles.

27 de diciembre de 2019/Texto: Juan Guillermo Palacio / Foto: Diego Alais

Este viernes tenía  lugar la segunda de abono del Señor de los Cristales en Cali, con toros de Ernesto Gutiérrez para Ponce, Ureña y De Castilla. Y buscaba la fiesta un tendido deseoso de seguir la rumba que quiso indultar al sexto toro porque se movió y quiso seguir el trapo que luego Juan de Castilla no aprovechó con el acero. Cómo sería el deseo de bullanga que hasta la banda sacó el pañuelo para pedir el indulto del animal.

Enrique Ponce exhibió en el abreplaza toreo suave con el capote a la embestida dulce y lenta del de Ernesto Gutiérrez. Un puyazo corto en el que el toro recargó bastó para cumplir en el tercio de varas. Destacaron dos medias verónicas.en el quite de Ponce y hubo luego dos buenos pares de banderillas, uno de Álex Benavides y otro de Carlos Garrido, que preludiaron una faena de muleta brindada al público. Fue noble el toro, pero le ayudó mucho con la suavidad y el pulso, a pesar de que tuvo dos desarmes antiestéticos con los que calló la música. Pero fue ahí donde Ponce tiró de oficio, dada la falta de transmisión del toro, para taparle mucho la cara en circulares completos muy pulseados para que no parase el animal, que desparramaba la vista y se salía de las series. Termino dando querencia y una estocada trasera y desprendida dio paso al saludo desde el tercio.

Tal vez un poco pasado de kilos estaba el segundo, un toro muy frío, de medias embestidas, que a penas se definió en los primeros tercios y llegó al tercio de muleta sin terminar de entregarse. Con estatuarios lo inició Paco Ureña, que aún no se había calentado con el toro, pero de ahí para adelante fue sacando esa personalidad que dice cosas el murciano, que siempre dejó un detalle de kilates por tanda. No pudo mantener la intensidad porque alo animal le faltaba fondo, pero sí regalar ese toreo con los vuelos, esos dos o tres naturales de extrema belleza, ese trincherazo que llegaba. Pero alargó en exceso la faena, pinchó dos veces, se atascó con el descabello después que tardase en caer y eso dejó el resultado en silencio.

Al tercero le salió el pañuelo verde casi sin darle tiempo a desacalambrarse y sin que nadie acertase a saber por qué, pero salió el sobrero, Colibrí, de 518 kilos, y tuvo más alegría, más fondo y más transmisión que los anteriores, por lo que tuvo también más que ofrecer a Juan de Castilla en su entrega. Mano baja, trazo largo y toreo serio del colombiano, que le tapó al animal el defecto de desparramar la vista y estructuró bien. Y hubiera cortado el primer trofeo de la tarde de no marrar con los aceros, pero ese fallo dejó las cosas en vuelta al ruedo.

También el cuarto fue un toro soso, sin transmisión y sin chispa, un toro caminando al que hizo Ponce a fuerza de no permitirle ganar las tablas y hacerlo pasar constantemente. Tocó mucho siempre, eligió los terrenos con precisión y tiró líneas para ir afianzando a un toro que nunca quiso entregarse. Cortó una oreja a pesar del pinchazo, pero se quedó la impresión de haber visto una lucha desequilibrada en un torero tan grande con un toro tan chico.

El quinto, mal presentado, buscó tablas rápidamente y tan manso fue que a penas un trincherazo fue el bagaje de Paco Ureña con el animal, demasiado pastueño y suave para la capacidad épica del murciano, que quedó inédito tras fallar con el estoque y con el descabello.

El sexto saltó al callejón durante la lidia y se llevó por delante al banderillero Wilson Chaparro El Piña, que recibió un tremendo golpetazo del que quedó cojeando. Y fue este sexto el mejor de la corrida, porque tuvo movilidad, motor, transmisión y repetición en la muleta de Juan de Castilla, que se llevó el mejor lote de la corrida de Ernesto Gutiérrez, Incluso llegaron a pedir el indulto para el animal justo en el momento en que tomó el camino de las tablas. Fue intensa la faena, enérgica y entregada, aprovechando al toro y los viajes, pero no tuvo suerte con la espada tras una faena muy larga, tanto como la corrida.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Cañaveralejo, Cali, Colombia. Segunda de abono. Corrida de toros goyesca. Un tercio de entrada.

Toros de Ernesto Gutiérrez, terciados y justos de presencia. Muy aplaudido el sexto, al que se le pidió el indulto.

Enrique Ponce, ovación con saludos y oreja.

Paco Ureña, silencio y silencio.

Juan de Castilla. vuelta al ruedo y ovación.

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