
23 de mayo de 2025/Patricia Prudencio Muñoz/Fotos Emilio Méndez
Las Ventas ha celebrado una corrida de toros en la que los diestros Emilio de Justo, Andrés Roca Rey y Tomás Rufo se midieron a los ejemplares de la ganadería de Victoriano del Río. Los animales fueron variados en comportamiento, con teclas, pero también con matices. Los peores fueron el segundo y quinto, el lote de Roca Rey, el primero por manso y el segundo por inconsistente. El tercero se vino a menos muy rápido, mientras que los que más chispa prestaron en su embestida fueron el primero, el cuarto y el sexto. Emilio de Justo llegó a los tendidos con el primero de la tarde, un toro con teclas y muchas medidas que tenía chispa. Desarrolló una importante faena con pases en redondo y al natural que pudo cuajar con rotundidad y firmeza. Roca Rey no tuvo opciones con el segundo de la tarde, por mucho que parte de la plaza tratara de desacreditarlo. Tampoco tuvo opciones con el quinto, un toro sin fuerza, más que justo y que perdía las manos con facilidad. Rufo tuvo un inicio explosivo y de mucho calado, ante un toro que rápidamente se vino a bajo y terminó cantando a tablas, la faena perdió repercusión en los tendidos. Rufo dio una vuelta al ruedo tras ver cómo se le escapaba el triunfo por su fallo con la espada. Su faena tuvo solidez, le cuajó los muletazos al sexto, pero su falta de acierto con el acero empañó su labor.
Emilio de Justo desluce con el acero una faena breve y medida, pero con mucha transmisión
Emilio de Justo saludó al abreplaza, parando, recogiendo y bregándolo hasta estirarse con el. Lo llevó por chicuelinas al paso hasta el caballo. Hubo quite de Roca Rey y réplica de Emilio de Justo, ambos ovacionados desde el tendido. Se inició la faena de muleta con decisión, pasándolo sin dejarlo pensar, cambiando rápido los terrenos. Se dispuso sobre el pitón derecho, abajo y en redondo, viendo aquella tanda interrumpida. El viento molestaba y el animal tenía sus teclas, pero se movía y tenía chispa en su embestida. Le bajó la mano y se lo envolvió, consiguiendo una tanda sobre el pitón derecho que caló y convenció. Lo llevó en corto y supo medir bien los tiempos, el ritmo y la altura. Decidió no alargar, aunque antes también lo mostrara al natural. Pinchó con el acero.
Roca Rey, sin opciones con el segundo de la tarde
Roca Rey saludó al segundo, ganándole terreno, aunque sin poder encelarlo ni lucirse con el. Se dispuso con la muleta, luchando contra el viento acortando distancias, citándolo con firmeza para meterlo en la serie. Sin embargo, aunque interrumpidas, logró completar las tandas a un toro manso. Se cruzó y sobre el pitón derecho trató de pasar a un toro al que exigió por abajo e insistió con la muleta en la cara. Cada vez se paraba más. Ante aquella situación sobre el derecho, cambió al izquierdo, pitón por el que pudo robarle los pases a cuentagotas. Por mucho que se empeñaran no había donde rascar. Más allá de intentarlo y mostrarlo tuvo que abreviar. Logró hundir el acero al segundo intento.
Tomás Rufo, faena de más a menos ante el tercero
Se estiró a pies junto con el capote Tomás Rufo ante el primero de su lote. Un ejemplar con el que dejó detalles y al que fue llevando hasta los medios. Fernando Sánchez, como es habitual, fue ovacionado durante el tercio de banderillas, desmonterándose. Rufo tomó la franela y se dispuso de rodillas para pasarlo sin probaturas, con uno de los pases en redondo a cámara lenta que puso al público en pie. Se tuvo que levantar y seguir, con gusto y gran dimensión. Le dio tiempo y sitio después de aquel inicio, siguiendo sobre el derecho en una tanda más pausada que le sirvió para definir los terrenos. Continuó casi desde los medios, adelantándole la mano, esperando la embestida y acoplándose al mismo son para arrastrarlo detrás del engaño. Firmeza, determinación y mucha cabeza ante un ejemplar que empezó a llevar al natural, en largo, tratando de evitar que el toro punteara la tela, ya que en cuanto lo hacía se descomponía. Marcó el trazo con la ayuda, se estiró y lo pasó pero sin la misma transcendencia del inicio. Recuperó el pitón derecho y a medía serie se fue a tablas, confirmando todas las sospechas sobre su mansedumbre. Toreó en tablas y culminó fallando con el acero.
Emilio de Justo corta la primera oreja de la tarde
Saludó Emilio de Justo al segundo de su lote bajo los terrenos del siete, con una brega llevada y medida. Roca Rey se echó el capote a la espalda y no desaprovechó su oportunidad para desarrollar el quite. Sin pensarlo lo recibió en su franela bajo los terrenos del siete, doblándose con él por abajo, ganándole terreno poco a poco, pero sin terminar de levantarle la mano. Se la dejó puesta y dosificó, esperando y aguantando. Se envolvió en redondo, llevándoselo a la cintura, ligando un muletazo con otro, pudiendo aprovechar una embestida de cierto calado. Aunque sujeto con pinzas y alguna que otra tecla, encontró profundidad por el pitón derecho, exigiéndole por abajo. Le dio tiempo y sitio para seguir exprimiendo aquel pitón derecho en los terrenos del tercio con un toreo en redondo con que se asentó y encajó el extremeño. Cambió al natural y con cadencia y desmayo, con un toro que ya se paraba a medio viaje, cuajó los pases por el izquierdo, un pitón que también llevó a pies juntos. Las distancias se acortaban, pero el animal seguía pasando y Emilio seguía insistiendo. Mató con determinación y acierto.
Intentos de Roca Rey ante un quinto sin ninguna opción
Lanceó Roca Rey al quinto de Victoriano del Río con despaciosidad, sacándolo de tablas y llevándoselo a los medios. El toro terminó por emplazarse después de pasar por el caballo. El peruano brindó a la Presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. A continuación, se fue a los terrenos del tendido 7 y comenzó su faena. El diestro lo pasó por alto sin poder evitar que el animal perdiera las manos con facilidad. No andaba sobrado de fuerza, así que le dio salida, pasándolo con suavidad, sin alcanzar a bajarle la mano. Roca Rey lo siguió pasando mientras le pedían el tiempo desde el tendido. Lo llevó también al natural, como pudo, porque no había toro ni condiciones de las que tirar. No hubo demasiado acierto con el acero.
Rufo empaña su extraordinaria faena con el acero
Rufo trató de fijar al sexto en su capote, un toro suelto al que bregó y llevó sin poder lucirse. Salió a saludar una ovación Fernando Sánchez, que puso en pie al respetable. Rufo, ya con la muleta doblada, se iba a los medios para brindar y después citarlo en la larga distancia y poder aprovechar la inercia para ligarlo y llevarlo cosido en su inicio de faena. Le dio tiempo y sitio para después seguir sobre el pitón derecho, envolviéndoselo a la cadera, bajándole la mano, transmitiendo, llegando a los tendidos. El Victoriano del Río tenía su punto de chispa, lo que Rufo supo sacar sin desgastar en los primeros compases, que fueron claves para emocionar. Las tandas fueron cortas y muy medidas. El diestro continuó sobre el derecho con un gran y exquisito trazo al natural que levantó a los tendidos. Asentado, tirando con verdad y profundidad hasta cuajarlos. Retomó el pitón derecho, llevándolo totalmente cosido a la tela. Sin más que decir, Rufo, en lo más alto de la faena, se fue a por el acero, mientras tanto, el de Victoriano del Río seguía pasando con ritmo y celo en la tela. Se tiró con todo a matar, pero falló con el acero.
Ficha del festejo:
Las Ventas. Toros de Victoriano del Río. Los animales fueron variados en comportamiento, con teclas, pero también con matices. Los peores fueron el segundo y quinto, el lote de Roca Rey, el primero por manso y el segundo por inconsistente. El tercero se vino a menos muy rápido, mientras que los que más chispa prestaron en su embestida fueron el primero, el cuarto y el sexto. Emilio de Justo, silencio tras aviso y oreja; Andrés Roca Rey, silencio y silencio tras aviso; Tomás Rufo, silencio tras aviso y vuelta al ruedo.