
25 de mayo de 2025/Patricia Prudencio Muñoz/Fotos Emilio Méndez
Las Ventas ha celebrado una corrida de toros en la que los diestros Curro Díaz, Román y Diego San Román se midieron a los ejemplares de la ganadería Fuente Ymbro. Los animales no brindaron opciones, pusieron muy caro el triunfo, con unas condiciones y unas teclas que dificultaron la labor de los diestros. Destacó el quinto, un toro con ritmo y alegría en su embestida, con la que transmitió y permitió que Román cortara una oreja. Las opciones para Curro con el manso segundo fueron más que limitadas, teniendo que robarle las embestidas sosas y peligrosas sobre el pitón izquierdo. No hubo opciones con el cuarto, aunque se las buscó y le robó naturales y algún muletazo por derecho de gran mérito. Román con oficio y entrega quiso llevar a un tercero cambiante y algo asfixiante con el que tuvo un tira y afloja por querer robarle unas embestidas vacías de clase y entrega. La faena de Román al quinto tuvo ritmo, emoción y una actitud que hizo rugir al público venteño ante un un ejemplar fijo y con movilidad, que también desarrolló y lo prendió sin consecuencias. Diego San Román se encontró con un toro de confirmación bronco y de muchas teclas. Estuvo firme y lo mostró por ambos pitones, a pesar de que por el izquierdo, fuera prácticamente imposible pasarlo. El sexto fue un toro muy exigente y peligroso que pidió el carné a Diego San Román, que respondió a su exigencia con firmeza, valor seco y una determinación incuestionable en una faena que desarrolló al natural.
Disposición y firmeza de Diego San Román ante un bronco toro de confirmación
Saludó Diego San Román al toro de su confirmación en Madrid con una brega bien llevada que comenzó en tablas y con la que le fue ganando terreno. Se echó el capote a la espalda y desarrolló un lucido quite que el público reconoció ovacionándolo. Se cumplió con la ceremonia de confirmación, teniendo a Curro Díaz y a Román como padrino y testigo, respectivamente. Se fue a los medios y brindó al público y en aquellos terrenos se dispuso de rodillas para recibirlo con un pase cambiado y aprovechar la inercia para llevarlo. Se paró el de Fuente Ymbro y tuvo que esperar para retomar el inicio. Tiró del animal y se lo volvió a llevar a los medios, siguiendo con una tanda sobre el pitón derecho, con pausas, tratando de sujetar a un toro que tenía intención de irse. Le adelantó la mano y quiso darle continuidad a una embestida descompuesta y de poca clase que ya desde el capote se quedaba corta. Muchas pausas y muchas teclas a tocar con un toro que se fue acercando a tablas. Quiso probarlo por el izquierdo, encontrando un tren de mercancías pasando a base de arreones y de embestida poco definida, arremetiendo con brusquedad en la tela. Le ganaba los terrenos el de Fuente Ymbro, siendo complejo un acople armónico. El público reconoció aquella difícil labor en la que estuvo firme y tragó, alargando ahora sobre un pitón derecho que le permitía encajarse hasta en dos pases seguidos, después se iba a tablas. Allí tuvo que matarlo, metiendo el acero arriba.
Curro Díaz, sin opciones ante manso segundo
Curro Díaz saludó al segundo de la tarde, un toro que salió suelto y que trató de saltar al callejón. Curro dejó lances con sabor, cuando se lo permitió. Se completó la ceremonia de confirmación y Curro se dirigió también a los medios para brindar a la plaza. Después fue al encuentro con el animal bajo los terrenos del siete para pasarlo a pies juntos mientras lo andaba e iba sacando del tercio. Se dispuso sobre el derecho encontrando una embestida bronca y descompuesta por alto. Tampoco le pudo apretar en exceso por abajo, siendo aquella primera tanda de acople en distancias y altura. Lo movió y continuó al natural, manteniéndose en la raya, llevándolo uno a uno, tocándolo en la cara con firmeza y mucha voz. Se cruzaba y acordaba las distancias, volviendo a ponerle en la tela el engaño para lograr robarle una embestida sosa y de mucho peligro con medias arrancadas con la que le sorprendía viniéndose al cuerpo. Cambió al pitón derecho, ya metiéndose en tablas, rozando el sol, con un toro que no tenía un pase. Metió el acero caído y algo trasero, pero efectivo.
Román, oficio sin acero ante un complejo tercero
Román saludó, bregó y llevó a los medios al tercero. También brindó el valenciano al público venteño, para después citarlo y obtener una respuesta pronta del animal para llevarlo en aquellos terrenos durante su inicio. Le dio tiempo y sitio a un toro pronto y fijo que seguía el engaño con cierta alegría y peligro. Román, que cambió los terrenos, tuvo que medirse también al viento, que lo descubría quedando a merced del de Fuente Ymbro. Cambió al natural, jugando con las distancias, marcando el pase abajo, reestructurando en cada muletazo. Firmeza y mucho oficio fue el que mostró Román ante el primero de su lote, que insistió en llevar al natural, encontrando una salida desmedida en la que se le quedaba muy encima. Cambió al pitón derecho, en un tira y afloja de embestida pegajosa que le obliga a parar y rectificar para evitar que se le llevara por delante. Quiso alargar, pero los pitos desde el tendido le hicieron cambiar de opinión e ir a por el acero.
Curro Díaz, oficio y valor desmedido para robarle las embestidas a un peligroso cuarto
El cuarto dio escasas opciones de lucimiento a Curro Díaz en su saludo capotero. Inició su faena en tablas, pasándolo por ambos pitones para tirar de el y tratar de sacarlo del tercio. Quiso seguir con un toro áspero, incierto y desagradecido en el buen hacer de Curro Díaz. En paralelo, sobre el pitón derecho, quiso insistir, pero no había opción, por lo que decidió cambiarlo al izquierdo, dándole algo más de largura en un uno a uno de valor y firmeza. Se los robó con sabor, a pesar de tener encima a un ejemplar de Fuente Ymbro que miraba y medía. Quiso tirar del animal y sacarlo de la referencia a tablas para seguir con un toreo al natural de rabia y muchísimo mérito. Cambió al pitón derecho, aguantando y tragando lo indecible, pisando unos terrenos en los que le daba todas las ventajas. Mató al cuarto.
Román corta una oreja a un buen, pero tecloso quinto de Fuente Ymbro
Román bregó al segundo de su lote sin poder estirarse con el. Se lo volvió a ajustar Diego San Román, ahora en su quite por chicuelinas. Inició la faena el valenciano bajo los terrenos del siete, doblándose con el animal. Le dio tiempo y ahora lo citó desde los medios, encontrando a un toro pronto y con fijeza al que envolvió en los vuelos de su muleta con celo y emoción. Después de aquella tanda, volvió a repetir, le dio tiempo, se fue lejos y lo citó en la larga distancia para después aprovechar la inercia y llevarlo totalmente metido. Siguió al natural bajo el mismo sistema dejando el paso atrás, desarrollando una tanda breve de inmenso calado. Román se había impuesto y el de Fuente Ymbro se prestó con movilidad y fijeza, repitiendo con ritmo y alegría a las demandas de Román, que se confió ante un toro que le avisó y lo prendió. Volvió a la cara del animal, cruzándose y tocándolo a pitón contrario para dejar una tanda de rotundidad absoluta ante un público entregado a su labor. Culminó por bernadinas y una estocada al segundo intento.
Diego San Román, firmeza y valor seco ante un imposible sexto
Diego San Román buscó las opciones y el lucimiento con variedad en su saludo capotero. Tras un gran tercio de banderillas, el mexicano brindó al ganadero, también mexicano, Pepe Marrón. Se inició la faena de muleta, en la que Diego San Román se dispuso bajo los terrenos del tendido siete, pasándolo genuflexo, aguantando abajo, pasándolo por ambos pitones, ganándole terreno hasta sacarlo del tercio. Tiró del de Fuente Ymbro y en los medios se dispuso sobre el izquierdo de un toro incierto de salidas bruscas con la cara arriba. Pasaba con la cabeza alta y San Román trató de limpiar los muletazos, evitando que este tocara la tela. Era difícil tomarle la medida al sexto, se quedaba muy corto, girando con rapidez y buscando al diestro. Montó la muleta, pero volvió al natural para robarle los pases con un valor seco e incuestionable. Trató de darle largura y mostrarle la salida, buscando el sitio y las distancias para darle continuidad dentro de los parones necesarios para reestructurar y poder llevar a un toro que le pidió el carné. Siguió desarrollando su faena sobre el izquierdo, ajustando en exceso unos naturales en los que el margen de error era muy medido. Cada vez le apretaba más el de Fuente Ymbro, que había desarrollado, pero San Román venía dispuesto a todo y se metió entre pitones.
Ficha del festejo:
Las Ventas. Toros de Fuente Ymbro. Los animales no brindaron opciones, pusieron muy caro el triunfo, con unas condiciones y unas teclas que dificultaron la labor de los diestros. Destacó el quinto, un toro con ritmo y alegría en su embestida, con la que transmitió y permitió que Román cortara una oreja. Curro Díaz, silencio y silencio; Román, silencio tras aviso y oreja; Diego San Román, ovación tras aviso y ovación tras petición y aviso.