Emilio de Justo corta la única oreja en una tarde sin chispa y de teclas en Pamplona (Fotos)

10 de julio de 2025/Patricia Prudencio Muñoz/Fotos Emilio Méndez

Pamplona ha celebrado su cuarta corrida de toros en San Fermín, en la que los diestros Sebastián Castella, Emilio de Justo y Borja Jiménez se midieron a los ejemplares de la ganadería de Victoriano del Río. Los animales presentaron teclas, pero pasando y dejándose llevar. Faltó chispa, aunque la excepción fue el cuarto. Castella desarrolló una faena larga y meritoria ante el primero, teniendo que llevarlo a base de oficio y mucha paciencia, logrando mayor acople por el izquierdo. El cuarto fue un toro entregado, con sus teclas según avanzaba la faena, pero que le permitió a Castella hacer su labor y culminar con ese toreo de cercanías tan característico. Emilio de Justo buscó las opciones a un segundo al que le faltó emoción y entrega en sus embestidas. Se vino a menos su faena ante el quinto, con el que al principio cuajó algún que otro muletazo sobre el derecho. Borja desarrolló una faena de inicio explosivo que poco a poco se fue apagando, lo que redujo sus posibilidades de triunfos. Entrega y determinación mostró ante el sexto, un toro que se movió, aunque con salidas bruscas. A pesar de ello, el sevillano tuvo matices con el sexto.

Castella, faena de menos a más con el primero que desluce con el acero

Salió el primero de la tarde, un toro al que saludó Castella, primero con una brega llevada para sacarlo del tercio y siguiendo por verónicas, remarando con dos medias muy toreras. El tercio de banderillas fue largo y laborioso. Se alcanzó la faena de muleta, que Castella comenzó con un ligero tanteo con el que tiró del animal para después asentarse con el y llevarlo con suavidad. Siguió con un toreo al natural de toque firme y arrastarlo detrás de la tela. El animal seguía el engaño con cierto ritmo, pero sin ser demasiado pulcro en sus embestidas. Cambió al derecho, encontrando brusquedad, pasaba sin entregarse, pensándolo mucho. Castella le robó los pases con mucho mérito, cambiando de nuevo al natural para desarrollar una tanta breve. Se encontró con el en aquellas series al natural lentas y de calado. Lo acabo metiendo, imponiéndose, sacando las virtudes de un toro que le presentó teclas y del que aprovechó su nobleza. Se tiró muy recto, siendo golpeado al primer intento y pinchando en numerosos intentos.

Emilio de Justo, corta una oreja a base de firmeza y una buena estocada ante el segundo 

Emilio de Justo trató de estirarse en su saludo capotero al segundo de la tarde, sin poder lucirse. Salió Borja para empcionar en un ajustadísimo quite. Inició la faena doblándose con el, pasándolo genuflexo para después estirarse con torería y cadencia. Buscó adornos y recursos como transición entre una tanda y otra. Empezó sobre el derecho, tocando y corriendo la mano, costándole encontrar una continuidad que emocionara. Tuvo que tocar en la cara con firmeza y bajarle la mano, dejándosela muy puesta. Cambió al natural, pasándolo a media altura, uno a uno, ordenando, sin que las embestidas de aquel Victoriano del Río llegara a emocionar. Retomó el pitón derecho con una tanda pausasa y llevada en la que la continuidad se medía pase a pase. Culminó por manoletinas muy ceñidas y una estocada en la que se tiró con todo.

Borja Jiménez, faena de entrega ante un cuarto que pasaba pero no emocionaba

Saludó Borja con dos largas cambiadas de rodillas al hilo de la tablas para recibir al primero de su lote. Tuvo ritmo, repetición y buen son en el recibo. El sevillano se fue a los medios para brindar al respetable y después comenzar una faena en la que lo recibió en la franela con algunos pases cambiados por la espalda. Pidió calma y siguió ya sobre el derecho, echándole el engaño a la cara para enganchar su embestida y llevarla tras el. Sin embargo, el de Victoriano del Río pasaba, pero no emocionaba. Le bajó la mano, se lo envolvió en pases cada vez más cortos, en los que se le quedaba a medio viaje. Cambió al pitón izquierdo, tratando de llevarlo metido, pero sin alcanzar a redondear su faena, más allá de que este pasará. Culminó con unos cuantos pases al natural, de cierta longitud y profundidad. El animal tardó en doblar.

Castella, acople en una faena larga y toreo de cercanías 

Lanceó en su saludo capotero Castella al segundo de su lote y cuarto de la tarde. Brindó el francés desde los medios, para esperarlo en aquellos terrenos e iniciar la faena con un pase cambiado por la espalda. Repitió con ritmo y Castella lo esperó con quietud, sin rectificar, pasándolo con torería. Le dio tiempo y sitio para iniciar su primera tanda sobre el derecho, bajándole la mano, dejándosela puesta y tirando de un animal que atendía con prontitud y suavidad. Sin embargo, el francés no se confiaba y dosificó mucho sus embestidas, dándole tiempo entre tandas. Siguió por el derecho, tocando y llevando, siempre en la cara. Cambió al izquierdo, echándole los vuelos con suavidad en unas distancias milimetradas. Se lo envolvió ligando los naturales. Sin embargo, no dudó en volver  al pitón derecho a un toro al que había que llevar metido, evitando que tocara la tela para que no descompusiera su embestida. Se metió entre pitones para culminar una faena de entrega. Metió la mano con aseo, pero el animal no doblaba, llegando a escuchar el segundo aviso el diestro.

Emilio de Justo no termina de redondear si faena al quinto, un toro que se fue apagando y al que faltó chispa

Lucido y variado resultó el saludo capotero de Emilo de Justo ante el quinto. Se alcanzó la faena de muleta y el extremeño no dudó en irse a los medios para brindar al público. La inició doblándose con el, buscándolo por abajo, llevándolo, tratando de templar aquella embestida atropellada, ganándole terreno. Continuó sobre el pitón derecho, corriéndole la mano, con muletazos de cierto sabor, cujándolo. Había que insistirle, tocándolo con firmeza, pero una vez dentro encontraba ligazón. Siguió sobre el derecho, muy en línea, en una serie corta pero bien llevada en la que aprovechó la inercia. Sin embargo, al cambiar al natural, no había ese acople ni expresión con un toro mucho más parado, al que el extremeño trató de pasar a cámara lenta, tapando defectos. Falló con el acero.

Borja, matices ante el sexto de la tarde

Bregó Borja al sexto, un toro suelto que no le permitió el lucimiento en su capote. Inició la faena apoyado en tablas, pasándolo genuflexo, esperándolo y llevándolo con un toreo delicado que le permitió envolvérselo por abajo. Decidió seguir sobre el derecho, cruzándose muy despacio para tocarlo y llevarlo metido sin quitársela de la cara. El sevillano buscó la plasticidad en una faena exigente en la que el de Victoriano del Río se movió siguiendo el engaño, aunque con salidas bruscas y deslucidas. Borja trató de bajarle la mano al natural, pasándolo uno a uno, sin armonía, descomponiendose al tocar la tela. Resultó un tira y afloja en el que el diestro quiso imponerse a base de valor y entrega, llevándolo a media altura y ayudándolo en las salidas. Culminó con una estocada de escaso acierto.

Ficha del festejo:

Pamplona. Toros de Victoriano del Río. Los animales presentaron teclas, pero pasando y dejándose llevar. Faltó chispa, aunque la excepción fue el cuarto. Sebastián Castella, silencio y saludos tras dos avisos; Emilio de Justo, oreja y saludos; Borja Jiménez, silencio y silencio.

 

Top