Roca Rey, de colgar su vida de dos pitones al alma serena de su toreo en Santander

El peruano selló una tarde de emociones a flor de piel en la que paseó tres orejas y pisó dos veces la enfermería; Cayetano, que fue cogido al hacerle el quite a Andrés en el sexto, no tuvo su mejor tarde, como tampoco Aguado con lotes deslucidos

25 de julio de 2023/Javier Fernández-Caballero/Foto: Lozano

Tras la dramática tempestad, llegó la calma y el alma del toreo a Cuatro Caminos con Roca Rey. Porque pendió la plaza de un hilo cuando Andrés fue cogido por el tercero y luego por los pechos en el sexto. En el primer capítulo, el toro de Bañuelos cogió como un trapo al peruano, que se quedó como un palo en el resto de la faena y fue todo entrega. En el sexto, que lo encunó entre pitones al venirse cruzado en el inicio de faena, sacó el joven el alma de su toreo sereno tras el momento de drama. Y bajó la mano. Y trazó como un poema cuando venía de visitar por segundos el mismo infierno.

En la tarde de Bañuelos, que no terminó de romper, Cayetano fue cogido al hacer el quite a Andrés en ese sexto y Aguado no terminó de conectar con un deslucido lote.

Un Cayetano sin dar el paso adelante pasaporta sin pena ni gloria al soso y rajado primero

Pronto se le vino a la capa de Cayetano el primero de Antonio Bañuelos, un primero de 510 kilos al que saludó con la rodilla genuflexa y luego erguido. Animal también pronto en el caballo, y con el que destacaron los pares de Joselito Rus. Al público fue el brindis de Rivera, que le hizo frente a un toro soso y a menos en una obra en la que lo único que destacó fue un parón que aguantó en la segunda serie. Nada más. No llegó ese paso adelante de Cayetano, que vio cómo el toro al final se le aburría. No hizo tampoco por domeñar a la fiera, que terminó rajada en tablas y se le puso complicada para cuadrarse con el acero. Al final, y tras una vuelta completa al ruedo, lo hizo, acabando el capítulo Cayetano con una media un punto delantera. Silencio.

Roca Rey la forma con el incierto segundo, que lo cogió, y acaba cortándole una oreja

De 467 kilos un segundo más escurrido de carnes, que tendía a embestir recto de inicio y no pudo lucirse capa en mano Roca Rey. Empujó en el caballo en una larga vara el toro, y luego tendió a irse al jaco que guardaba la puerta, pero no se llevó esa vara. También fue incierto en un tercio de banderillas en el que destacó la valentía de Viruta. Al tendido fue el brindis del peruano, que ya en el inicio de faena tuvo que domeñar la condición de un toro siempre incierto, que tendía a meterse por dentro y que nunca fue fácil. Y llegó la cogida en el momento en el que Roca pasó la línea de la verdad. El toro cogió como un trapo al limeño, que fue zarandeado de una forma soberana. Ya en el suelo, el de Antonio Bañuelos hizo por segunda vez por el torero, izándolo otra vez en un momento dramático. Al final se repuso no sin complicaciones y emocionó en la exposición que derrochó en cada serie. Gritó el tendido su nombre, coreando la emoción que dejaba sobre la arena norteña el torero, que despenó al funo de una estocada baja y paseó una oreja con petición no atendida de la segunda. Luego pasó a la enfermería.

Aguado no rubrica con la espada una obra de pura caricia al tercero

Tras las verónicas de saludo de Aguado al tercero, empujó en la única vara el animal, saliendo perdiendo las manos de ésta. Ya dejó su gusto patente el sevillano en el quite por chicuelinas que le dio al animal. Ya fue pura delicia el inicio de faena, en el que dejó una trinchera y un cambio de mano de parsimonia suprema. Y las series se fueron sucediendo con un naturalismo extraordinario. El final, apretando más al toro, tuvo esencia, pero el acero lastró la obra, que acabó con varios pinchazos y una ovación al torero.

Cayetano no conecta ante la nobleza sin transmisión del cuarto

No hubo lucimiento en los primeros compases de la lidia del cuarto, otro toro que cortó a los de plata y no auguraba buenas cosas en el capote. Dejó series sin conexión por ambos lados Cayetano ante la noble embestida de un astado sin transmisión. Fue silenciado tras pasaportarlo con el acero.

Aguado acorta faena al complejo quinto, un tío, y no acierta con el descabello

Un tío era un quinto de 580 kilos, corriéndose turno porque Roca Rey estaba en la enfermería. Se adueñó el toro del ruedo en los primeros compases de la lidia, empujando en el caballo de la contraquerencia y saliendo al relance al de la puerta. De topó Aguado con un toro compleja embestida con el que acortó faena. No lo tuvo fácil para cuadrarse con el acero y al final tuvo que estoquear al paso al toro, marrando con el descabello. Leves pitos tras aviso.

Roca Rey corta dos orejas unánimes a un sexto que lo cogió por los pechos

También tenía mucha seriedad el sexto, un toro que fue frío de salida y que embistió al relance y como un obús en el peto del caballo que guardaba la puerta. Hizo pasar las de Caín a los hombres de plata en banderillas, siendo tardo y embistiendo con todo. Destacó Antonio Chacón palos en mano. Lo prendió feísimamente por los pechos en el inicio de faena, estrellandolo contra el olivo al venirse cruzado y cogiendo también a Cayetano en el quite al torero. Después de reponerse, el torero dejó su alma serena en una obra de temple y mano baja. Fue una obra sobre todo de resiliencia parsimoniosa, de trazar olvidándose del cuerpo por ambos lados. Y la plaza era una olla a presión. Cuando tomó el acero y lo pinchó, no fue excusa para entregarle las dos orejas unánimes.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Cuatro Caminos, Santander. Feria de Santiago, tercera de abono. Corrida de toros. Lleno.

Toros de Antonio Bañuelos, de muy bella estampa. Soso y a menos un primero que acabó rajado; de embestida en línea recta e incierto en líneas generales el segundo; noble y de cierta clase en su embestida el buen tercero; noble pero sin transmisión el cuarto; de compleja embestida la del quinto, un tío; de tarda embestida la de un sexto que sabía lo que se dejaba atrás.

Cayetano: silencio y silencio.

Roca Rey: oreja y dos orejas.

Pablo Aguado: ovación y leves pitos tras aviso.

Indidentes: El sexto toro cogió a Andrés Roca Rey por los pechos en el inicio de faena. El animal, que se le vino cruzado, lo prendió y lo encunó entre los pitones. Al hacerle el quite, fue volteado también Cayetano por el mismo animal en un momento dramático. La plaza tuvo el corazón en un puño en ese instante. Tras una faena de gallardía, le paseó las dos orejas y salió a pie del coso camino de la enfermería. El parte médico, milagroso, tan sólo narra contusiones en torso, muslo, rostro y en la rodilla, donde afectó a los ligamentos de ésta.

 

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